2 de julio de 2018
Hacia una justicia feminista, originaria, popular y comunitaria
La propuesta surgió de la sentencia de la primera etapa del Juicio Feminista a la Justicia Patriarcal, en una audiencia realizada en el CDN de ATE.
En octubre del 2017, en el Encuentro Nacional de Mujeres se inició un proceso de Juicio a la justicia patriarcal. Desde entonces se han realizado siete audiencias de este Tribunal Ético Feminista, que en diferentes regiones y territorios del Abya Yala fue escenario de denuncias públicas sobre las violencias que viven cotidianamente mujeres, lesbianas e identidades femeninas trans y travestis. Este 28, 29 y 30 de junio, se realizaron las audiencias finales y se dio a conocer la sentencia que cierra un capítulo del proceso.
El 28, la audiencia se realizó en el marco de Marcha Nacional contra los Travesticidios, en Plaza de Mayo; mientras que las dos últimas se celebraron en el Consejo Nacional de ATE, y participaron dirigentas y afiliadas del gremio y de la CTA Autónoma. Entre ellas, la Secretaria de Organización del CDN, Silvia León; la Directora de Género, Marta Galante, y Alejandra Angriman, Secretaria de Género de la CTA-A.
“Estuvimos acompañando la visibilización de las historias de compañeras que en toda Latinoamérica están sufriendo el amedrentamiento y las violencias, y que cuando van a la justicia por protección son revictimizadas”, dijo al respecto Galante.
“La justicia en totalmente patriarcal”, agregó. E hizo referencia a dos casos emblemáticos de Argentina: el de Susana Freydoz, que fue condenada a 18 años de condena efectiva por el asesinato de su esposo, el gobernador de Río Negro, Carlos Soria, quien la violentó durante largos años; y el del femicida de Wanda Taddei, Eduardo Vázquez, que sólo recibió una condena de 7 años con libertades. “En el Estado también podemos verlo cuando una mujer sufre violencia laboral. Las víctimas son trasladas de su lugar de trabajo porque no obtienen respuestas ni del Estado patrón, ni de la justicia”, señaló.
Por su parte, León valoró: “Este Tribunal es una forma creativa y maravillosa de condenar a la justicia patriarcal, que es cómplice estructural del poder”.
La dirigente contó que, a la luz de estos debates, las trabajadoras comenzaron a plantearse “qué pasa que no existe una mirada feminista sobre la justicia laboral”.” A partir de allí, surgió la inquietud de constituir, junto a nuestros cuerpos jurídicos, un Observatorio Feminista que mire situaciones de discriminación, violencia y acoso, en el ámbito laboral”.
“Fueron jornadas de vivencias muy fuertes que nos pusieron en contacto con mujeres de pueblos originarias, lesbianas y travestis, que vienen llevando adelante redes y espacios comunitarios, que nos permiten hermanarnos y construir nuevas formas de justicia, que respeten los derechos humanos, las autonomías y las formas culturales de los pueblos originarios desde un concepto de plurinación”, destacó.
Hacia una justicia feminista, originaria, popular y comunitaria
En el cierre de la jornada, la activista feminista, Liliana Daunes, leyó la sentencia del Tribunal que condenó a la justicia por haber generado “una impunidad histórica de las opresiones que nos hace el sistema”.
La justicia fue declarada “culpable” de “ignorar nuestras cosmovisiones”, por su “complicidad con multinacionales que han saqueado nuestros territorios” y por ser parte “del racismo y terrorismo de Estado que encarcela, criminaliza y mata a nuestros pueblos”. “No hay independencia judicial, hay complicidad estructural” y “nuestras luchas y palabras son criminalizadas, deslegitimadas y reducidas”, concluye el fallo.
El documento también plantea una propuesta: “Convocamos a las mujeres del mundo, originarias, negras, afro, racializadas, lesbianas, trans, travestis a unir nuestras energías, fuerzas y la sabiduría intergeneracional de las abuelas, las ancestras y las niñas, para difundir esta condena a la justicia patriarcal, y mantenernos en alerta para que no atraviese nuestros cuerpos, territorios, cosmogonías y formas de vida. Llamamos a constituir una justicia de sanación y liberación de los cuerpos, los pueblos y los territorios. Un justicia feminista originaria, popular, comunitaria”.
“Norita” Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, participó de esta última audiencia y acompaño el posicionamiento del Tribunal. “La resistencia que hacemos todo los días, cada minuto, es lo que hace que florezcan estas bellísimas mujeres jóvenes que empezaron a crecer como hojas de primavera, que llenaron las calles y dijeron acá estamos para afianzar lucha”, manifestó. “Hoy las mujeres somos visibles”, recalcó.
La socióloga y activista feminista brasilera, e integrante de la Marcha Mundial, Nalu Farías, apuntó: “Entendemos que cuando estamos criticando a la justicia, estamos mirando a un modelo, que es racista, heteropatriarcal, y colonialista. La justicia no está separada de eso, es parte del Estado con esas características. Entonces, pensar en construir una otra justicia feminista está muy conectado a la lucha por otra sociedad, por un cambio de modelo”, explicó.
Por un Estado con perspectiva de género
Liliana Leyes, secretaria de Organización de ATE Rosario y Yanina Grismau, responsable de Género de la provincia de Buenos Aires participaron en esta audiencia para denunciar la connivencia entre el Estado y la justicia patriarcal, y hablaron de los casos del feminicidio de la trabajadora estatal precarizada, Laura Iglesias, en Miramar; y el de la desaparición forzada de Johana Ramallo, en La Plata.
Respecto al caso de Laura, Grisamu expresó: “Estamos exigiendo una investigación seria y profunda. A cinco años de su femicidio, si bien hay un condenado, no se investigó la responsabilidad de la policía cuando hay elementos para sospechar de su participación en el crimen”.
Respecto al caso de Johana, Grismar destacó: “Desde ATE, y demás organizaciones sociales y de mujeres que acompañamos a la mamá de Johana, Marta, hacemos responsables al Gobierno provincial de María Eugenia Vidal y a su secretario de Seguridad, Cristian Ritondo; y denunciamos que Johana no está perdida, fue desaparecida por redes de trata. También denunciamos a la policía, los aprietes y el hostigamiento constante que sufre su familia y exigimos que se investigue a quienes sembraron pistas falsas”.
Liliana Leyes contó que durante el juicio, desde ATE se puso el acento los casos de aquellas trabajadoras que vienen atravesando situaciones de acoso laboral, a quienes se les complica el trabajo “porque hay un vacío legal muy grande”. “El Estado no tiene perspectiva de género, la violencia se invisibiliza y se naturaliza”, afirmó. Y agregó: “Venimos a visibilizar nuestra formas de organización, que la reinventamos todo el tiempo para abordar estas situaciones que sufren nuestras compañeras, mujeres y trans”, cerró.
Hermanadxs
Durante el juicio, la voz y cosmovisión de las mujeres originarias fue protagonista. Adriana Guzmán Arroyo, del Feminismo Comunitario Antipatriarcal de Bolivia, expresó: “Para nosotras, que enfrentamos a la justicia como mujeres indígenas y empobrecidas es importante un espacio donde nos miramos, nos reconocemos y nos creemos, donde nuestra palabra es importante, donde la esperanza y la espiritualidad nos da fuerza para resistir y construir otra justicia desde nuestras cosmogonías”.
Lolita Chávez, de la Red de Sanadoras Ancestrales de Guatemala, del Consejo del Pueblo K’iche’ -CPK-, y que debió exiliarse de su territorio por una causa armada en su contra y por estar en peligro su vida y la de su familia, relató: “Lamentablemente he tenido que resguardarme, tras cinco ataques a mano armada y estoy acusada falsamente de plagio y secuestro. Quiero regresar a mi territorio, llevo tiempo sin ver mis hijos. Lo que me pase a mi o a mi familia es responsabilidad del Estado de Guatemala y las multinacionales”. Desde la Red de Sanadoras también trajeron el caso de las 41 niñas calcinadas en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción.
Por su parte, Soraya Maincoño, vocera del pueblo mapuche, se refirió a los más de 100 años de colonización, saqueo, humillación, persecución y criminalización que sufre ese pueblo. “En muchas oportunidades nos encontramos explicando a jueces y fiscales que nosotras concebimos de forma distinta, al agua, la tierra, y que no nos vamos a poner de acuerdo. Pero esto también sucede con aquellas con quienes estamos caminando en la misma vereda”, explicó.
Por eso, hizo un llamamiento a las mujeres blancas, a que empiecen a analizar el racismo que aún anida en cada unx y a reflexionar sobre sus identidades, "para sentirnos más hermanadas", convocó. “Este es un estado plurinacional que fue construido en base al genocidio de 36 pueblos originarios”. En esta línea, Soraya resaltó que, pese a la oposición, están trabajando para que el próximo Encuentro de Mujeres, que será en Chubut, sea reconocido como Encuentro Plurinacional.
Asimismo, Liria Rodríguez, del pueblo kolla, integrante de Kullakas del Feminismo Comunitario Antipatriarcal Argentina, expresó: “Quisiera que se llame Plurinacional porque es muy fuerte que nos ignoren, que hayamos sido ignoradas tanto tiempo más allá de que no hablemos, pero es porque estamos oprimidas. Yo no puedo salir a la calle con mi forma de vestir, mis padres perdieron sus idiomas, no me enseñaron las costumbres por miedo y hoy temo que mis hijos vayan a sufrir lo mismo”, manifestó.
“Estamos hartas del patriarcado pero tenemos esperanza porque las mujeres estamos despertando”, cerró Liria.
Fotos: ATE Nacional, Feminista de Abya Yala, Pañuelos en Rebeldía
Prensa ATE