• Rosario

    9 de marzo de 2021

    8M: Monumento a la lucha feminista

    Además se dio una ronda histórica de fabriqueras en Fábrica Militar Fray Luis Beltrán: de 350 trabajadora/es, sólo hay 30 trabajadoras mujeres.

    Las compañeras estatales protagonizaron una nueva jornada histórica en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora en la que, como en los últimos años, se realizó un paro internacional y plurinacional de mujeres y disidencias.

    Con un escenario inmenso y una marea de personas, ATE Rosario montó su gacebo junto a las compañeras de lucha de la Central de Trabajadorxs de la Argentina Autónoma Regional Rosario (Amsafe Rosario, SIPRUS, organizaciones territoriales como El Hormiguero de Barrio Belgrano, entre otras). “Estamos felices de encontrarnos en la lucha, cuidándonos, con las compañeras que compartimos tantas batallas, tanta construcción política”, expresó la Secretaria General de ATE Rosario, Lorena Almirón.

    Previamente hubo asambleas en diversos lugares de trabajo, como atención primaria de salud y PAMI. Además se dio una ronda histórica de fabriqueras en Fábrica Militar Fray Luis Beltrán, donde sobre un total de 350 trabajadoras y trabajadores, sólo hay 30 trabajadoras mujeres, con mucho por transformar.

    El Parque Nacional a la Bandera fue nuevamente el escenario de otro conmovedor encuentro en reclamo del fin de la violencia en todas sus formas hacia mujeres y cuerpos feminizados. Según un nuevo informe del Observatorio de Femicidios en Argentina ‘Adriana Marisel Zambrano’, que dirige La Casa del Encuentro, del 1º de enero al 28 de febrero hubo en Argentina 50 femicidios, 1 transfemicidio y 5 femicidios vinculados de varones. Esa desesperante realidad fue uno de los epicentros de la proclama colectiva leída a viva voz.

    En este primer #8M de pandemia, la dirigenta consideró que hubo una “agudización de la violencia, sin herramientas para poder denunciar ni salir de esas situaciones”. Por eso, “el sindicato fue más allá de los lugares de trabajo y abordó la ayuda alimentaria de manera organizada y hasta de motus propio, por entender la realidad social”.

     

    Primera línea con nombre de mujer

    Según el Informe Técnico de OIT, ONU Mujeres y UNFPA ‘COVID-19 y la situación de las trabajadoras de la salud en Argentina’ hay “desigualdades que afectan a las mujeres, especialmente a aquellas que trabajan en la primera línea de la atención sanitaria y social. Se trata de unas 760.000 trabajadoras, un 9,8 por ciento de las mujeres ocupadas del país”.

    “Hay que destacar fuertemente el trabajo de las compañeras de salud, de las enfermeras, de todo el personal médico, las compañeras que atienden casos de violencia de género e incluso las que atendieron a las y los adultos mayores. Los sectores esenciales en pandemia fueron altamente feminizados como educación y salud, también con los salarios más bajos”, denunció la primera mujer Secretaria General de ATE Rosario.

    El documento de los organismos internacionales prosigue afirmando que las mujeres desempeñan roles que a menudo las exponen a riesgos para sus vidas, su salud y la de sus familias, asumiendo además mayores costos físicos y emocionales debido a jornadas extendidas y extenuantes, alejadas de sus hogares. Un tema poco hablado y muy grave es que no hubo contención de la salud mental desde el Estado con ningún dispositivo para con sus trabajadores ni trabajadoras.

    “La mirada feminista es una mirada social amplia, que atraviesa el tejido social y el sindicato es una herramienta de intervención empujada por esa transversalidad.

    La salud mental con la sobrecarga, es terrible”, sentenció Elsa Abip, militante de ATE Rosario y Secretaria de Género de la CTAA Provincia de Santa Fe. En el sector educación existe agobio, depresión, “porque también la reducción de la entrega de alimentos ante chicos con hambre genera tensión que se lleva a la casa y angustia, afectando la familia”, contó quien además es asistente escolar de la Escuela 251 Empalme Graneros y Congresal de la ATE.

    La precarización laboral, el desempleo, los despidos pese al decreto que los suspendía, la intensificación de tareas de cuidado tanto de las ocupadas como desocupadas profundizaron las desigualdades. “Nos tuvimos que hacer cargo de los cuidados del hogar y de la sociedad”, dijo Almirón. Además hubo incertidumbre con las licencias, sobrecarga por falta de reemplazos, falta de pago y transporte con un paro del sector extendido, sin garantía del Estado plenamente y sin protocolo.

    De cara a la vuelta a la presencialidad en las escuelas, Nora López, de la Escuela Escuela 799 de Barrio La República denunció que el desde el gobierno “pretenden que en las escuelas realicemos tareas imposibles con el mismo sueldo que no te alcanza para nada. Y cada vez tenemos más tareas, menos personal. Ya vimos en una escuela dos niños con COVID. Hay que abordar esa situación urgentemente”.

     

    Son derechos, es salario

    Lograr conceptualizar que el reclamo por salarios dignos es el debate por el acceso a los derechos constitucionalmente reconocidos, es nodal. “La rápida expansión de los contagios e infecciones asociados a este tipo de coronavirus enfatiza la urgente necesidad de contar con una fuerza laboral sólida, estable y bien remunerada en el sector de la salud, como parte integral de un sistema de salud eficaz y resistente. A su vez, la pandemia ha provocado el cierre de escuelas y otros espacios de cuidado, aumentando así el tiempo que las familias dedican a este trabajo no remunerado, que recae históricamente sobre todo en las mujeres”, expresa el informe de OIT y ONU.

    “Esa violencia estructural está arraigada al capitalismo, es hora de abordar qué y cómo producimos, de qué hablamos cuando hablamos de tareas de cuidado que deben ser remuneradas porque reproducimos la mano de obra”, analizó Leyes. Por eso en Rosario se armó el Comité Feminista ante la emergencia sanitaria que “pudo abordar estas situaciones, hicimos una agenda sin dejar de conectarnos. El aislamiento no nos separó, sino que logramos conectarnos, articular, hacer y organizarnos. La pandemia nos interpeló a generar nuevas dinámicas organizativas”.

    Sobre la paritaria provincial en curso, el planteo de ATE Rosario es claro: “el 100% de los trabajadores y trabajadoras de la educación en esta provincia, estamos por debajo de la línea de la pobreza, el 95% somos mujeres, y el área de enfermería como de educación son sectores que menos ganamos, porque son sectores feminizados. No es inocente que en los sectores donde más mujeres hay son los menos pagos”.  Por eso exigen salarios igual a la canasta familiar, convenios colectivos con perspectiva de géneros, el fin de la precarización, la reincorporación de las despedidas por Macri y durante el decreto que anulaba las cesantías, la aplicación de la Ley Micaela y de la Ley Vanesa.

    ATE Rosario


    Relacionados