• Santa Cruz

    2 de diciembre de 2014

    “Una justicia tardía no es justicia y este axioma bien podría aplicarse a los compañeros que fueron injustamente encarcelados en Río Gallegos”

    El Secretario Gremial Nacional de ATE, Alejandro Garzón, se refirió al resultado del juicio oral de los compañeros enjuiciados por el incendio de la oficina de Planeamiento, un año atrás. Al respecto, dijo sentirse con un sentimiento contrapuesto: “por un lado la alegría de saber que ya los compañeros habían logrado su libertad pero por el otro, la frustración de ver que en la provincia de Santa Cruz la Justicia no llega, o llega tarde.

    Garzón señaló que “cuando llega tarde, no es justicia. Este axioma perfectamente se puede adaptar a la situación de los compañeros que fueron injustamente encarcelados y que después de un año, la jueza interpretó que no tenía suficiente pruebas como para condenarlos”, indicó.

    “Lo que pasó con los compañeros y compañeras, que sufrieron en carne propia la desidia y la ineficacia de una justicia cooptada por el poder político y que responde a intereses, para nada independientes, es la suerte de muchos trabajadores a lo largo y ancho del país. A muchos de nosotros nos tocó sufrir esta discriminación, este maltrato, esta denigración, solo por reclamar aumento de salario o pedir trabajo. En el caso de los compañeros que en el 2013 se estaban manifestando, fueron injustamente encarcelados por decisión de la Jueza López Lestón que en vez de tomarse el tiempo para investigar y encontrar a los verdaderos responsables, tanto ideológicos como políticos, cortó por lo más fino y mandó a seis compañeros tras la rejas, como si con esto el caso se cerrara y todos nos fuéramos a olvidar, para pasar a otra cosa al otro día”.

    “Esta actitud de la jueza en la provincia, debe ser revisada por algún organismo auditor de la justicia, llámese Consejo de la Magistratura o la misma Cámara de Diputados, porque después de un año, la magistrada demostró que no tenía nada entre las manos y es más, demostró que nunca tuvo nada; que solo siguió un proceso viciado de irregularidades y estiró los tiempos para que las pruebas se diluyeran, que los culpables sigan caminando en las calles, evadan su responsabilidad o disimulen su culpabilidad. Para no quedar en ridículo, encima, agravó su inoperancia, al condenar con la pena mínima a los compañeros José Vera, Ernesto Apendino, Ramón Arteaga y Luis Díaz, con el solo afán de demostrar que no se equivocó o que al menos, se equivocó solo un poco, porque según el argumento para tenerlos preso era que el delito tenía una condena que superaba los 8 años. El colmo llegó con la ultrainjusticia cometida con la compañera Patricia Benítez, que ni estaba allí ese día y sufrió 8 meses de detención domiciliaria. Una vergüenza”.

    “Cuando digo “los responsables” no hago nombres porque ni la propia justicia lo hace o no lo sabe o lo sabe y no hace nada para encontrarlos y eso hay que buscarlo en la cuestión política de Santa Cruz ¿Qué se esconde detrás de algunos dirigentes que no pueden dar la cara? ¿Y qué nombres puede haber detrás de este hecho tan aberrante, como fue quemar una oficina pública, que era la oficina de todos y cada unos de nuestros compañeros, para que una jueza, secretarios y fiscales no se les animen y los hagan declarar o los procesen?”.

    “Creo que este final deja un gusto muy amargo porque a las compañeras y a los compañeros que tuvieron que pasar por este calvario, nadie les repone el tiempo perdido, el trabajo que abandonaron, el castigo social que sufrieron sus familias, la vergüenza de caminar por la calle, sabiendo que su madre, padre o hermano, estaba acusado de vandalismo. Nadie les repone la amargura y el año de vida que perdieron encerrados, las familias destruidas, los hijos separados de sus madres o avergonzados injustamente en la escuela. La jueza no tiene idea de lo que es pasar por un trance de este tipo; ella, termina su jornada, cierra la oficina y se va a su casa; pero los compañeros injustamente tratados por su displicencia, por su incompetencia y la de quienes la rodean, llegaban a la noche solos, en medio de un calabozo frío… y así pasó un año. Es posible que para los jueces un año sea poco, pero para quien sufre la indecisión de una justicia lenta  y lábil, es una eternidad.”

    “Desde un primer momento no hubo necesidad de que los compañeros esperaran el juicio presos. Esa decisión es antinatural, es política, no responde a los derechos consagrados en la Constitución Nacional. Todos los días vemos como estos mismos jueces, dejan libres a ladrones y criminales reincidentes, a los que les hacen fijar domicilio y los ponen en la calle; y esos sí son un peligro para la sociedad, no los compañeros que necesitaban trabajar para llevar la comida a su mesa, ver a sus hijos y convivir con su familia. Es imperdonable lo que hizo la justicia santacruceña. Es contra los derechos humanos más elementales, catalogar de “peligrosos” a quienes conviven, trabajan y tienen sus familias entre nosotros. Pregunto ¿Es una cuestión de interpretación jurídica o una especulación de algún otro tipo que no alcanzamos a ver ni comprender.”

    “Solo espero que el sacrificio de nuestros compañeros, sirva para que en esta provincia los jueces y los fiscales cambien su enfoque. Nadie pretende que no haya justicia, solo queremos que haya reglas igualitarias, que se respeten los procedimientos, que se agilicen las investigaciones, que se sigan pistas ciertas y que si tropiezan con políticos, con sindicalistas allegados al poder o con quien quiera que sea, la justicia se tape los ojos y no actúe tuerta, no se aplique según la cara del cliente. Si logramos que de ahora en más la Justicia sirva para encarcelar a los malos y no para suprimir derechos institucionalizados o reprimir protestas, judicializando los reclamos sociales, habremos dado un paso sobre el dolor de los compañeros de ATE que fueron liberados después de un año de injusto encierro”.

    “Si esto nos vuelve a pasar, es que no aprendimos nada y como dirigentes sociales, sindicales y/o políticos, deberíamos replantearnos qué provincia queremos y qué jueces queremos para nuestra provincia. Si tenemos un estrado judicial partidizado, no importa de qué partido o de qué ideología sea, los trabajadores nunca tendremos paz y siempre veremos vulnerados nuestros derechos. Por este aprendizaje, hoy más que nunca debo decir que desde ATE redoblaremos los esfuerzos para encaminar a los sectores sociales que aún permanecen con cierta apatía por estos procesos innobles de jueces políticos, a que entiendan, que la única forma de luchar contra estas injusticias es la participación; esa participación que debemos dar en todos los planos, social, sindical, partidario, empresarial, desde el Estado y también particular, comprometiéndonos a generar los cambios que sean necesarios para erradicar, definitivamente, estos errores de forma y fondo que padece el sistema judicial de Santa Cruz, desde hace tantos años.”.

    ATE Santa Cruz


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