• Santa Cruz

    14 de abril de 2017

    Alba Curaqueo: hija de la ruta

    Es la secretaria General de ATE Pico Truncado y su militancia nació con un corte. Tal vez por eso, su mística y su fortaleza son hijas de la ruta.

    Nació en los setenta en un Paraje llamado Sierra La Paz, cerquita de Sierra Colorada, entre Río Negro y Chubut, en una casa de campesinos con 11 hermanos. Tras morir su padre, su madre analfabeta fue estafada por un mal cuñado y “vendieron” la tierra con la casa por mucho menos de lo que valía.

    Tras el triste desalojo, en camión los trasladaron hasta Trellew donde se alojaron como pudieron en la casita de los abuelos. Como no entraban los 12, algunos de los hermanitos y ella fueron a parar a un internado en Puerto Madryn por un par de años.

    Cuando la madre se asentó y con los pocos pesos que le dieron de la venta, compró una casita donde los hermanos se cuidaron solos mientras ella trajinaba fileteando en una pesquera.

    A los 15 años, tras una adolescencia conflictiva, se juntó con un hombre y a los 16 tuvo a su primera hija. Cuando tenía 19, sus hijas eran dos y una tarde de principios de los noventa salió a comprar cigarrillos con las nenas y nunca más volvió. “Mi vida pendía de un hilo: o lo mataba yo o me mataba él. Así que me fui”.

    Eligió Pico Truncado, donde él tenía familia, sabiendo que allí nadie la buscaría y se alojó en casa de unas conocidas que le hicieron el aguante. Con sus hijas a cuestas salió a limpiar casas y ganarse el mango hasta que, gracias a sus contactos peronistas, entró en la Municipalidad ocupando el puesto de asistente en el lavadero del hospital local.

    Cuando tenía 21 años, una jefa exigente le recomendó volver a estudiar, no había terminado la primaria, y le hizo caso. En un año completó quinto, sexto y séptimo grado, alquiló una casita, con la seguridad de su sueldo fijo, y comenzó a ordenar su vida.

    Tras el nacimiento de Flavia, su tercera hija, encaró la secundaria nocturna y en un par de años la terminó como Técnica especializada en Administración de empresas. Sin perder tiempo se anotó en la universidad pero su familia necesitaba atención y el sueño quedó postergado. Mientras tanto en su derrotero municipal fue maestranza, cafetera, ayudanta de cocina, celadora, cocinera y encargada de lavandería.  

    Su sueño era pasar a la administración y llegó a pagar cursos de ingles, ecónoma, computación e internet para lograrlo. Hasta que un día se cumplió su objetivo y pasó a formar parte del sector Comercio como inspectora, sector donde aún pertenece.

    Por esos años incursiona tibiamente en dos gremios estatales hasta que en el año 2005 irrumpe con fuerza ATE en Pico Truncado y sus destinos se cruzan. A esta altura de los acontecimientos, Alba tenía un negocio de celulares que atendía con sus hijas y las hijas de sus hijas que como ella fueron precoces en eso de la maternidad y la hicieron abuela tempranamente. Lo único que tenía claro por ese tiempo era que no quería para ella ni para sus hijas ni para sus nietos un futuro donde tuvieran que cortar la ruta para cobrar el sueldo

     Pero quiso el destino que estallara un gran conflicto gremial en toda la provincia de Santa Cruz que se manifestó en Pico Truncado con un corte de ruta sostenido por 40 días. Allí ella decidió ir a la ruta a apoyar la lucha de los municipales y le picó el bichito de la militancia sindical.”Entendí que no podía mirarla desde afuera y me metí en ATE. Y ATE se metió en mi”.

    Tras la larga pelea que además de los días de piquete incluyo una pueblada que corrió a la Gendarmería de la ciudad, se firmó un acta que fue todo un triunfo para los municipales. Pero tras la firma, el intendente Osvaldo Maimo denunció ante la justicia que lo habían obligado a hacerlo mediante amenazas y terminaron presos e imputados por sedición, coacción, privación ilegítima de la libertad y daños Alejandro Garzón (actual secretario general del CDP santacruceño y varios compañeros más.  

    Tras ese debut, Alba pasa a integrar la comisión normalizadora de ATE Pico Truncado como prosecretaria gremial y comienza a descubrir qué poco sabía ella hasta se momento sobre sus derechos como trabajadora municipal.

    En el 2007 pasa a integrar el Consejo Directivo provincial como la primera secretaria de Acción Social que tuvo ATE Santa Cruz, se forma como dirigente y se especializa en el trabajo con los compañeros de cooperativas, los trabajadores precarizados de Río Gallegos.

    En el 2011 es candidata a secretaria general en Pico Truncado y gana por 4 votos. De su gestión destaca la obtención del Convenio Colectivo Marco en la municipalidad y el haber logrado el sobreseimiento de decenas de compañeros de aquella causa del 2005. Tomó una seccional que estaba a punto de perder el rango, con solo 180 afiliados y que ni tenía oficina donde funcionar y la transformó. 

    Por Honoris

    (Nota publicada en la sección Historias de Estatales en la edición de marzo de El Trabajador del Estado)


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