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    18 de septiembre de 2019

    Las urnas lo confirmaron: un Estado Popular es Posible

    En una semana, la segunda de agosto, se produjeron los dos hechos más trascendentes para los trabajadores estatales en el transcurso del año. El día 7, una elección ejemplar en nuestra  ATE ratificó un rumbo de lucha, de autonomía, de reinventar nuestro gremio con más democracia, crecimiento y participación en todo el país.

    Y, como dijimos en la campaña al enarbolar la consigna principal “Con lxs trabajadorxs, Un Estado popular es posible”, los estatales adelantamos el resultado del otro hito fundamental como fue el 11 de agosto, cuando en las PASO fueron derrotadas categóricamente las políticas que Macri y el FMI nos imponen desde hace cuatro años, entregando soberanía y privando de condiciones de vida dignas al pueblo argentino.

    Sin dudas fue la lucha activa de nuestro pueblo en las calles, construyendo la unidad del conjunto del movimiento popular, la que abrió las puertas a un nuevo tiempo de esperanza. Un tiempo en el que debemos recuperar la iniciativa política para construir un país basado en el trabajo, la producción, la soberanía nacional, la justicia social y la integración latinoamericana.

    También podemos decir con orgullo que somos un gremio poderoso y grande, democrático y participativo, extendido y consolidado en el territorio. Que nuestras elecciones han sido ejemplares y mostraron elocuentemente el crecimiento en afiliaciones y en nuevas seccionales.7655 dirigentes fueron votados en 181 seccionales –mientras otras 5 están pendientes de ser convocadas-  frente a las 150 que teníamos cuatro años atrás. Datos que demuestran claramente la expansión y consolidación territorial.

    Pero el crecimiento también es cualitativo porque refleja la incorporación de miles de jóvenes y de mujeres que se suman a los cargos representativos al calor de los cambios culturales y políticos de los últimos años.

    Ni hablar de la satisfacción que nos da saber que somos capaces de convivir democráticamente distintas corrientes de pensamiento, y que la mejor herramienta política para definir rumbos, son la asamblea y la elección democrática.

    El protagonismo de los estatales

    Nuestro protagonismo fue esencial en este tiempo de resistencia a la reacción conservadora que padecemos en Argentina y en Latinoamérica en los últimos años. Una reacción que recibe como respuesta los aires de cambio en nuestro país o las señales de continuidad en las experiencias políticas de otros pueblos latinoamericanos, como Bolivia o Uruguay.

    Enfrentamos ese tiempo con el orgullo de haber sido la primera organización que paró y marchó a Plaza de Mayo aquel 24 de febrero del 2016. Y cuando la reelección de Macri parecía tener el camino asfaltado-luego de las elecciones del 2017- fuimos los primeros junto a nuestra CTA A en convocar a un nuevo paro y movilización el 6 de diciembre de ese año, enfrentando al Pacto Fiscal, la Reforma Laboral y la Reforma Previsional.

    De la misma forma que participamos de las gloriosas jornadas del 14 y 18 de diciembre en el Congreso contra la Reforma Previsional -haciéndole frente a la brutal represión- y empezando a sepultar el sueño de la reelección.

    Un camino de cuatro años que, sin ninguna duda, fue sumamente dificultoso y doloroso con las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel; los miles de despidos y el deterioro salarial que nos sumergía en la pobreza. Pero a pesar de todo eso, luchamos con la alegría y la convicción de que éramos capaces de construir un escenario nuevo.

    La presencia en las calles

    Pero tras la ratificación del camino en nuestra organización y el resultado de las PASO, vino la reacción de los grandes grupos económicos. Así sufrimos un golpe de mercado brutal con una devaluación del peso entre el 25% y el 30% con la consiguiente pérdida de capacidad adquisitiva de nuestros ingresos, multiplicando el hambre y la pobreza en nuestro país.

    Una clara señal dada por esos grupos económicos (mercados) para extorsionar a nuestro pueblo y también al futuro gobierno, dejando brutalmente claro y explícito quién tiene el poder real en la Argentina.

    El camino hacia el 10 de diciembre, cuando asuma el nuevo gobierno -que esperamos se consolide en las elecciones- parece demasiado largo ante esta situación de vacío de poder y elocuentes presiones donde se  siguen cotidianamente fugando capitales y especulando con las riquezas que genera nuestro pueblo.

    Por eso, hoy más que nunca, debemos mantener la presencia en las calles, movilizados, como lo hicimos y lo haremos desde ATE y la CTA-A y como nos proponemos hacer el próximo 10 de septiembre.

    Con esta convicción salimos al encuentro en espacios de diálogo, de reflexión y de unificación de criterios para  enfrentar esta difícil coyuntura, con diversos sectores del campo popular, con los que venimos transitando juntos estos cuatro años de lucha. 

    En ese camino de unidad presentamos, junto a la CTA A y las organizaciones sociales, un pliego común al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil y del Empleo para repudiar estas políticas y terminar con el flagelo del hambre en la Argentina garantizando un salario mínimo de 32 mil pesos para no estar por debajo de la canasta básica.

    Y para decir también que hay cambiar la composición del Consejo del SMVyMyE y que incorporar la representación de las organizaciones de la Economía Popular –que no están en la centrales sindicales- como así también  que se extienda el derecho al salario mínimo, vital y móvil a los trabajadorxs de los Estados provinciales y municipales, al Salario Social Complementario, a las trabajadoras de Casas Particulares y los jubilados y jubiladas.

    Y así como saludamos la  incorporación al Consejo de Esteban “Gringo” Castro de la CTEP y de Omar Giuliani de nuestra Federación Nacional Territorial (FeNaT-CTA.A), empujados por las imponentes movilizaciones del 28 y 30 de agosto, rechazamos categóricamente la insuficiente oferta gubernamental.

    La construcción de un Estado democrático y popular tiene que manifestarse en propuesta y acciones concretas que lo vehiculicen. De la misma manera que debemos amplificar el debate popular hacia la definición de Políticas Públicas que hagan viable ese Estado al servicio de las mayorías populares.

    Con las banderas bien altas

    De la misma manera que debemos debatir cómo garantizar que el nuevo gobierno no sea solo un cambio de personas sino de políticas públicas. Por eso estamos convencidos de que hay determinadas prioridades que debemos plantearle al futuro gobierno: la reincorporación de todos y todas las despedidas;el restablecimiento de los programas de gobierno que beneficiaban a vastos sectores de nuestro pueblo y fueron recortados o vaciados y la anulación del Convenio Colectivo trucho que firmó este gobierno con su gremio amigo para beneficiar y privilegiar a dos mil quinientos funcionarios jerárquicos que hoy cobran fortunas y aspiran a eternizarse en sus puestos para boicotear desde allí al futuro gobierno.

    Esa ATE participativa y movilizada que se expresó el 7 de agosto y esos millones de argentinos que nos movilizamos en las urnas para decir Basta, somos la garantía -conscientes y organizados- de que este tiempo de esperanza que se vislumbra podrá concretarse construyendo un Estado democrático y popular con nuestro protagonismo.

    (Editorial de periódico El Trabajador del Estado Agosto/Noviembre 2019)


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