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    14 de mayo de 2020

    Capitalismo o salud

    Compartimos esta columna de opinión del Secretario General Adjunto de ATE Nacional, publicada en la edición de mayo de El Trabajador del Estado que, por primera vez desde 1925, salió en formato digital, como consecuencia de la pandemia del COVID-19. 

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    Capitalismo o salud

    Por Rodolfo "Rody" Aguiar

    Nos cuesta recordar un momento de la historia en el que lxs trabajadores del Estado hayamos tenido mayor legitimidad. Pero necesitamos que eso se traduzca en reconocimiento salarial y en la mejora de las condiciones laborales por las que venimos demandando hace mucho tiempo. Por eso decimos que el Gobierno debe convocar de manera urgente a paritarias.

    En simultáneo, se presenta un escenario con profundas transformaciones en el mundo del trabajo que nos interpela a las y los dirigentes sindicales y a las organizaciones gremiales.

    En primer lugar, aparece la discusión en torno al teletrabajo. No es nueva, tiene más de cien años. En ese tiempo, lo realizaban mayormente las mujeres de la rama textil a las que se les pagaba por productividad. En 1918 se sanciona en la CABA le Ley 10.505 sobre trabajo a domicilio, que los empresarios nunca cumplieron. La historia nos muestra que, si bien se quiere hacer parecer que el teletrabajo da más libertad, en realidad es una modalidad que esconde una de las más grandes explotaciones de la fuerza de trabajo.

    Tanto este concepto como otros que quieren resurgir -como modernización o reforma laboral- para nosotros y nosotras no tienen lugar: Ya los derrotamos en las calles y en las urnas.

    Hoy, en el marco de la pandemia y cuando la paralización de las actividades está provocando la caída de los ingresos de las personas, de las empresas y de los Estados, lo que verdaderamente está en discusión es quién va a pagar el costo de la crisis: Si va a recaer sobre las espaldas de lxs trabajadores, de lxs jubiladxs, sobre los sectores populares del pueblo; o si por primera vez vamos a lograr que el costo sea asumido por los grandes grupos económicos, los únicos que se beneficiaron durante el macrismo.

    Esto es significativo: No recuerdo un pasado cercano en el que se pusiera por lo menos en debate la posibilidad de establecer un impuesto a las principales fortunas, o un tributo sobre la cúpula empresarial. Pero no alcanza con que ese tributo sea extraordinario, debe ser permanente; llegó la hora de rediscutir el sistema de recaudación impositivo en nuestro país.

    En este punto, la pandemia es una oportunidad para nuestro pueblo, porque cuando salgamos del aislamiento al que tenemos que poner en cuarentena es al neoliberalismo.

    Para ATE y para la CTA-A la construcción de acciones llenas de solidaridad, orientadas a la lucha contra el hambre, deben ser una prioridad. Entendemos que ese va a ser el costo a pagar para poder llevar adelante con éxito esta fuerte disputa con los sectores concentrados. Porque la disputa hoy no es economía o salud, es capitalismo o salud.

    Las organizaciones sindicales estamos llamadas, aún en estas condiciones desfavorables, a seguir defendiendo los derechos e intereses de lxs trabajadores. La gestión de esta crisis también debe abrirse a nuestra participación, y que no se nos llame cuando sea demasiado tarde. Lxs estatales somos quienes más conocemos acerca del Estado y las necesidades del pueblo.


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