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    29 de mayo de 2020

    Apuntes rápidos respecto de la disparada de casos COVID en los barrios populares de la región AMBA

    Por Daniel Godoy, Director IDEPSALUD ATEARGENTINA

    Estos apuntes son una aproximación a un compilado de voces posible de muchxs compañerxs con los que transitamos este momento desde la militancia sanitaria y social. No pretende ser una receta erudita, sino una señalización desde donde enfocar la Pandemia desde una perspectiva crítica y democratizadora. Será enriquecida seguramente con más voces y más visiones de lxs muchxs que compartimos el camino.

    CONTEXTO

    Según la organización TECHO (techo.org) se define al “asentamiento popular” como un conjunto de un mínimo de 8 familias agrupadas o contiguas, en donde más de la mitad de la población no cuenta con título de propiedad del suelo, ni acceso regular a al menos dos de los servicios básicos: agua corriente, energía eléctrica con medidor domiciliario y/o sistema de eliminación de excretas a través de la red de alcantarillado regular.Existen pocos trabajos de mapeo de estos conglomerados en LAC.En 2014 la población urbana de ALC alcanza casi los 500 millones de habitantes (UN-DESA, 2014: 25), considerándose la región del mundo en desarrollo con un mayor porcentaje de población urbana (PNUMA, 201 0: 27). En el contexto de desigualdad de América Latina, según TECHO, 104 millones de personas viven en asentamientos populares.

    Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo (por encima de la media de Europa y Estados Unidos, sin considerar las ciudades Estado y las islas pequeñas) y el segundo más urbanizado en América Latina, con una población urbana que alcanza el 92 % del total, de acuerdo con las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU (CELADE, 2017).

    La población argentina se concentra en un 39 % Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA/AMBA)

    El INDEC no cuenta hasta el momento con información estadística oficial acerca de la cantidad de villas y asentamientos existentes en el país, y de la cantidad de población que reside en las mismas, a pesar de que los últimos dos censos nacionales (2001 y 2010) pretendieron captar ese dato.

    el “Relevamiento Nacional de Barrios Populares” (RENABAP) que el Estado Argentino realizó desde agosto de 2016, contó con la participación de distintas organizaciones sociales , y registró, hasta mayo de 2017, la existencia de 4.100 villas , asentamientos y urbanizaciones informales (TECHO había estimado 2.400 en 2016!).

    Alrededor de 1.600 se encuentran en el conurbano bonaerense. Más de la mitad de estos asentamientos nacieron antes del año 2000 y casi un cuarto del total son posteriores a 2010. Comporta una población estimada de 600.000 familias y casi 3 millones de personas

    El partido con más asentamientos es La Matanza, que a su vez es el más poblado. En ese municipio, según el relevamiento, hay 122 barrios de emergencia. En segundo lugar se ubica Moreno, con 80 barrios de emergencia, y sigue Florencio Varela, con 70.

    Los niños y jóvenes (entre 0 y 24 años) son el 41% de la población total del país, mientras que en las villas y asentamientos representan el 56% de la población.

    El 65% de lxs responsables de los hogares son mujeres y el 85% de los hogares monoparentales están a cargo de las mujeres.

    Es en estos asentamientos donde históricamente se registran la mayor cantidad de eventos socio sanitarios evitables (malnutrición, morbimortalidad en población infantil, consumos tóxicos, etc.)

    PANDEMIA EN ASENTAMIENTOS POPULARES DE ARGENTINA

    A 11 semanas de inicio de la Pandemia en la región (26/2/2020 en Brasil), comienza a componerse el cuadro epidemiológico en sociedades como las de LAC, con altos niveles de desigualdad y nichos de pobreza extrema y conglomerados de poblaciones en condiciones de hacinamiento y precariedad (según el territorio, Asentamientos populares, Villas de emergencias, favelas, etc.). Hasta ahora las anotaciones que habíamos hecho del comportamiento de la pandemia en distintas categorías en Europa y Asia fundamentalmente (edad, sexo, sectores de trabajo, implementación de medidas restrictivas, entre otros). La llegada de la Pandemia a LAC suponía ex ante un COMPORTAMIENTO imprevisible fundamentalmente en estos núcleos de territorios, habida cuenta que la clave demostrada de diseminación es la proximidad, inevitable en esos contextos.

    Este COMPORTAMIENTO lo estamos analizando en tiempo real, o sea en el mismo momento o después que se suceden los hechos, habida cuenta de lo inédito de proceso.

    En BRASIL por ejemplo, ya se está comprobando eventos disimiles en población negra (viven en favelas o barrios populares, dependen de economía informal, o tienen salarios/ingresos mitad que la población blanca) que en blancos. En Río de Janeiro por ejemplo, la tasa de letalidad del coronavirus llega a 30,8% en la Maré, un conjunto de favelas en el norte de la ciudad, contra 2,4% en Leblon, en el sector más rico de la zona sur, frente al mar.

    En nuestro territorio AMBA donde en esta etapa perece estar confinada la circulación del virus (80 % de los casos), Barrio Mugica y Azul probablemente pre anuncien la consolidación de la hipótesis que la Pandemia se está compactando mayoritariamente en estos territorios.

    COMO SE ESTAN DANDO LOS EVENTOS EN ESTOS TERRITORIOS?

    Los casos de COVID-19 en barrios populares de la CABA representanaproximadamente (a la fecha) el 47,9% de los casos de toda la ciudad.El primer caso que se reportó en la Barrio Padre Mugica fue el 21 de abril. Ese mismo día el reporte oficial del gobierno de la ciudad fue de 954 casos confirmados y 50 fallecidxs (Tasa de letalidad 5.24 %). El 24/4 y durante los siguientes 15 días se generaliza la falta de agua potable en el barrio, estableciéndose una correlación estrecha entre la falta de acceso al agua potable y la multiplicación de los contagios. En este barrio, en las dos últimas semanas los contagios se incrementaron en un 377% mientras que en la ciudad sólo un 165%.

    Los guarismos que se reportan hasta ahora de COVID en Barrios Populares como los Barrios Padre Mugica y Azul (tasas y comparaciones) son de mucha endeblez interpretativa, muy relativos e inestables pues es periodo de corte demasiado temprano, con una muestra muy pequeña de análisis, y con un denominador (casos confirmados) muy condicionado por la estrategia y el contexto de diagnóstico.

    QUÉ HACER?

    Si bien como dijimos, estamos estableciendo el diagnóstico y por lo tanto la estrategia encima o después de los eventos, la importancia de la precisión de los análisis nos permitirá proyectarnos con mejor suerte a escenarios futuros de características demográficas y sociales parecidas (otros barrios populares del territorio AMBA)

    Aunque, ninguna medida podrá emparejar la suerte de estas poblaciones por restricción de derechos previos, como trabajo digno, seguridad alimentaria, vivienda y protección social, y el drama del hambre y la pobreza extrema deben categorizarse como escándalo ético que deben erradicarse desde una perspectiva humanista. Es absolutamente pertinente y necesario (y además posible!) dar impulso a la propuesta enunciada por el mismísimo Papa Francisco y abordada en nuestro país por dirigentxs, periodistas y economistas bajo la denominación de renta universal o ingreso de ciudadanía y que se remonta a los viejos planteos del Frente Nacional contra la Pobreza FRENAPO allá por el 2001.

    El conjunto de Organizaciones Populares con representación territorial ha advertido las falencias que preanunciaron el escenario actual en el Barrio Mugica, y propuesto una batería de procedimientos (protocolo ACIJ por ejemplo) que deben considerarse en los ámbitos de decisión.

    En principio, interpelar por ineficaz la militarización extrema de los barrios populares, como receta única y excluyente de la estrategia sanitaria, pues genera violencias simbólicas y materiales, y porque restringe al encierro en condiciones de precarización extrema a las familias. El acordonamiento sanitario, tan antiguo como las pestes mismas como dispositivo de bloqueo de la diseminación de las epidemias (el famosos “Cito, Longe, Tarde” de la llamada Peste Negra en mitad del siglo XIV), deberá hacerse en el contexto imprescindible deCALIDAD e INTEGRALIDAD de intervención, que incluye entre otras cosas, sensibilización y negociación con las referencias barriales (formales y no formales), en el marco de ámbitos de gestión participada y democratizada con todxs lxs actorxs, y garantizando las condiciones de vida digna y saludable.

    El 7 de abril un conjunto de organizaciones sociales, sindicales y académicas (la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la UBA, el Observatorio del Derecho a la Ciudad, la CTA Autónoma Capital y el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas) junto a referentas de los distintos barrios populares impulsaron una acción colectiva de amparo con cautelar para que el gobierno porteño garantice el acceso al agua potable en la totalidad de los hogares de los barrios populares porteños (el Expediente judicial N° A3010/2020-0 se caratula “KOUTSOVITIS, MARIA EVA Y OTROS CONTRA GCBA SOBRE AMPARO – URBANIZACION VILLAS”). El 5 de mayo la justicia, en un fallo histórico que operativiza en igualdad de condiciones el derecho al agua potable, le ordena al gobierno porteño que en el plazo de 5 (cinco) días elabore un Plan de Contingencia y un Protocolo de actuación acordado con las comunidades ante posibles emergencias sanitarias y que garantice 150 litros diarios de agua potable a la totalidad de los habitantes de los barrios populares. A la fecha el gobierno porteño viene incumpliendo la sentencia judicial.

    Hay que constituir una gran coordinadora de organizaciones comunitarias con referencias de sectores de gobiernoque opere como un Comité de crisis ad hoc de COVID en contexto de extrema pobreza, porque exige procesos y dispositivos distintivos a las aplicadas en otras situaciones, aplicando los estándares de procedimiento de calidad e integralidad aquí expuestos. No aplicar recetas pobres para población pobre.

    Las formulaciones generales de este ámbito deben complementarse con Planes Barriales específicos atendiendo a particularidades, y con actores de la representación territorial local.

    En el marco de las restricciones, deben garantizarse las condiciones elementales de vida (provisión de agua potable, alimentos suficientes, elementos de higiene personal.

    Hay que legitimar e involucrar en el despliegue de procesos, a la militancia barrial en el marco del Programa “El barrio cuida al barrio” y del Plan “Detectar” (información, detección de casos, mapeo de riesgo, comensalidad familiar, etc.) con insumos y equipos correspondientes de cuidado personal (EPP).

    Se debe trabajar en un concepto de Epidemiologia de proximidad, “llevando” los procesos al barrio y no al revés, garantizando el aislamiento en Centros de Resguardo de casos necesarios (por riesgo biológico o social) con condiciones aptas para esa situación (sin dobles estándares respecto de otros grupos sociales); y generando corredores de atención de primer y segundo nivel tempranos ante detección de casos problemáticos. Estos dispositivos en RED se deben constituir con la participación de los mismos vecinxs y organizaciones en articulación con los ámbitos formales (salas de pronta atención y hospitales de referencia específica para barrios con alta población y/o incidencia) y no generando riesgo de más contagios (vehículos aptos y con asepsia constante).

    Deberá preservarse la atención de grupos familiares que requiera aislamiento domiciliario o internación, así como el resguardo de los hogares que deban ser abandonados temporariamente.

    La comensalidad debe garantizarse adecuando los procesos a los fines preventivos (comedores “cuidados” o en la casa), pero considerando que el ASPO repercute gravemente en poblaciones con gran dependencia de la economía informal, por lo que deberán considerar ampliación de las raciones estimadas antes de la pandemia.

    Atender con dispositivos específicos, las implicancias de la situación de encierro y crisis, tales como el incremento de violencia de género y diversidades, adicciones, salud mental, etc.

    Garantizar la continuidad de los procesos de la vida “normal”, sobre todo en las poblaciones que requieren más atención; hablamos de escolaridad en este contexto para lxs pibxs, vacunación, atención médica, medicamentos, asistencia a adultxs mayores.

    Incremento de las medidas higiénicas en el barrio con aprovisionamiento a lxs vecinxs de insumos (barbijos, agua y jabón, lavandina, baldes, utensilios, alcohol).


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