Ganó el pueblo: Renace el sueño de patria grande
Por Alejandro Garzon, Secretario Gremial de ATE Nacional
La fabulosa victoria del Candidato de Evo Morales: Luis Arce, el anuncio del binomio correista en Ecuador para participar de las elecciones de febrero, la constituyente en Chile, Alberto y Cristina en Argentina, Lula y el PT en Brasil frenan de manera contundente la intromisión de la derecha en América Latina, instalando modelos redistribuitvios , democráticos y progresistas.
"No todo está perdido" y quizás la sangre militante de tantos ciudadanos gritando democracia y participación haya sido el simple motor para que también en Bolivia digamos que "volvimos", que volvió el pueblo, para que el sueño de la patria grande de San Martín, Bolivar y Sucre no sea solo una utopía o un canto, nuevamente nos atrevimos a ganar contra un aparato económico-mediático y judicial que buscó bajarle el precio a un líen der progresista como Evo Morales y a todo un proyecto que hace apenas unos 10 años sacó de la pobreza a millones de Bolivianos.
La esperanza está intacta y a ello se le suma la decisión del Tribunal Contencioso Electoral de Ecuador desestimando la demanda contra la fórmula de la Revolución Ciudadana. Ahora, el Consejo Nacional Electoral debe calificar como válida la inscripción de Arauz y Rabascall, quienes optan por la Presidencia y Vicepresidencia, de manera respectiva. Asimismo el plebiscito del 25 del octubre en Chile donde se decidirá cambiar la Constitución establecida por Pinochet en 1980 también genera esperanza de esta reconstrucción de una Latinoamérica unida por valores humanos y no despojada de sus recursos por las corporaciones.
Por ello, hoy el pueblo celebra en medio de una pandemia que azota al mundo, pero especialmente a los postergados de la patria grande, demostrando que lo países que apuestan al "dios dinero" sin contemplación alguna por la vida humana son los que están perdiendo la batalla. América bancó y toleró mentiras, racismo, la estigmatización de todo un pueblo, pero finalmente triunfó la democracia y la militancia latinoamericana es la protagonista de dar vuelta la historia una vez más. Ahora es el momento de poner las cosas en su lugar y de acelerar esa reconstrucción: el sueño de un continente sin pobres, en donde definitivamente rompamos las cadenas imperialistas para un desarrollo con nuestros recursos, soberanos, con nuestra gente, nosotros mismos: en definitiva el pueblo unido.