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    7 de enero de 2014

    Soy estatal… Estoy precarizado

    Soy estatal… Estoy precarizado. Por Darío Orellano, del Equipo Organizativo-Gremial del Consejo Directivo Nacional de ATE.

    Opinión: Por Darío Orellano

    Uno de los pilares fundamentales en el cual se basa el capitalismo es la flexibilización laboral, que no significa otra cosa que mayor Precariedad Laboral. A pesar de que el país haya pasado por varios años de crecimiento económico, en esta última década la flexibilización laboral, producto de un sistema capitalista y esclavista, ha diversificado los distintos tipos y formas de trabajo. El modelo neoliberal condenó a una parte de la clase trabajadora a la desocupación, a otra parte al trabajo no registrado sin ningún tipo de derechos, y en la parte restante, los/as trabajadores/as convencionados/as, introdujo como nota distintiva, la inseguridad en el corazón de la relación de trabajo. Esto ha generado mayor inestabilidad laboral y ha destruido los proyectos de vida de miles de trabajadores, dejándolos en estado de vulnerabilidad, con sueldo bajos, sin estabilidad y sin derechos. La incertidumbre, la inestabilidad y el miedo se han convertido así en un modo de vida.
    La Precariedad  tiene por objeto aumentar la tasa de ganancia del capital, a costa de bajos salarios e inadecuadas condiciones de labor. En consecuencia, precariedad que tiene por finalidad destruir los lazos colectivos y de solidaridad, provocando que los/as trabajadores/as sean objetos de maltrato, hostigamiento, acoso y discriminación en su lugar de trabajo.
    Hoy nos encontramos en la triste realidad de que para los trabajadores del Estado (ya sea Nacional, Provincial o Municipal) esta fue la “Década Precarizada” y no la “Década Ganada” como algunos afirman.
    Para nosotros como Organización Sindical la precarización laboral en el Estado es una herramienta de disciplinamiento político-social que atenta contra los Derechos Humanos del trabajador, además de violar el Artículo 14 bis de la Constitución Nacional, Leyes Laborales y Convenios Colectivos de Trabajo. Las diferencias salariales entre trabajadores formales y no formales en el sector público son significativas y sirven para diferenciar un trabajador sobre otro en el mismo sector de trabajo.

    ¿Qué significa estar precarizado?
    La precarización laboral es una desigualdad, una desventaja social. Los compañeros precarizados, en su gran mayoría, cobran salarios de miseria, encontrándose por debajo de la canasta básica familiar, y no cuentan con los beneficios básicos de un trabajador de planta permanente.
    Sabemos que algunas de las características que definen al trabajo precario son, entre otras: Trabajador que no tiene obra social, que no los cubre la ART, que no tiene aportes jubilatorios, que no tiene aguinaldo, que no tiene días pagos por enfermedad y que no tiene vacaciones pagas. No sólo el vínculo laboral entre los trabajadores y el Estado aparece precarizado, sino que además desde hace años los salarios empezaron a perder el poder adquisitivo por culpa de la inflación. El promedio salarial para los trabajadores del Estado Nacional es de 6.000 pesos. Para los empleados provinciales, sin embargo, la cifra es de 2.850 pesos, y para los municipales, es de apenas 1.770 pesos. Mientras tanto, el salario mínimo, vital y móvil en la Argentina es de 3.300 pesos.
    En el Estado son variadas las formas de contratación del empleado público. Antes de acceder a la planta permanente (si es que alguna vez llegamos) debemos sortear la planta transitoria, las pasantías, las becas, los contratos de locación de servicio, los contratos de obra, los contratos con organismos internacionales (PNUD, BID, OACI, BIRF, etc.), el monotributismo, los contratos con universidades y fundaciones, las tercerizaciones (un invento del neoliberalismo menemista), y los planes (como el Argentina Trabaja) mediante la figura de Cooperativas Sociales. Con  estas prácticas, los gobiernos (tanto el Nacional como los Provinciales y Municipales) intentan fragmentar a la clase trabajadora, debilitándola y avanzando sobre derechos conquistados con años de lucha.

    En un sector de trabajo donde existan compañeros Precarizados no existe Libertad y Democracia Sindical
    El Estado que debería regular esta situación es el primero que coloca a los trabajadores bajo fraude laboral. Según el Ministerio de Trabajo en un informe realizado junto al Banco Mundial, la precariedad laboral “se identifica como una inserción laboral endeble de los trabajadores asalariados. (…) Da cuenta de características ocupacionales que impulsan, o al menos facilitan, la exclusión del trabajador del marco de su ocupación y se expresan en la participación intermitente en la actividad laboral, y la existencia de condiciones contractuales que no garantizan la permanencia de la relación de dependencia (contratos de tiempo parcial, eventual, etc.)”. Irónicamente en el Ministerio de Trabajo el 70 % de los empleados está precarizado: No tiene estabilidad y sin embargo son el contralor para erradicar el Trabajo en Negro en la República Argentina. Si sólo se considera a la Administración Central, el personal contratado representa un 70 por ciento. (Información extraída  del Boletín Fiscal  difundido por la Secretaría de Hacienda, con datos del tercer trimestre del 2012).
    De acuerdo a la información publicada por el propio Ministerio de Trabajo, en la cartera hay más de 2.700 personas contratadas en forma temporal bajo diferentes modalidades, cuyo vínculo finaliza antes de fin de año. La forma de contrato más representativa (casi 2.700 personas) remite al artículo 9 del anexo de la Ley25.164, llamada “Ley Marco de Regulación del Empleo Público Nacional”.
    La legislación establece que el número de contratos por tiempo determinado “no podrá superar en ningún caso el porcentaje que se establezca en el convenio colectivo de trabajo”, y tendrá relación con la cantidad de trabajadores en planta permanente del organismo. Además, “comprenderá exclusivamente la prestación de servicios de carácter transitorio o estaciónales”.
    El Decreto 214/ 2006  que homologa el Convenio Colectivo de Trabajo General para la Administración Pública Nacional, es el que establece el límite para este tipo de contratos. Así, “el Personal No Permanente de las Jurisdicciones y entidades descentralizadas no superará un porcentaje de hasta el 15% del Personal Permanente”. Está a la vista que no existe la voluntad ni la decisión política de impulsar otro modelo laboral.

    ¡Pase a planta ya para todos los contratados!
    La precarización laboral en el Estado es una problemática del conjunto de los trabajadores y no alcanza con abordarla solo desde los “precarizados”. La consigna desde ATE es la de hacer visible lo que algunos quieren que sea invisible, para poder enfrentar esta lucha con posibilidades reales de obtener el triunfo. Esto nos plantea un desafío como organización sindical: Debatir sobre qué debemos hacer para enfrentar este flagelo, generando la mayor participación activa por parte de los delegados, los afiliados y, en especial, por parte de los dirigentes, quienes debemos ponernos a la par de los compañeros en esta lucha.

    Para nosotros el Estado es un instrumento insustituible de nuestro país: como Trabajadores Estatales…somos miles al servicio de millones. Por tal motivo en el Estado no debe haber trabajadores de primera o de segunda, y como lo mencionamos al principio esto esta refrendado por nuestra Constitución Nacional “Igual tarea Igual Remuneración”

    Ecuación sindical de ATE: Estrategia + Debate +  Organización + Acción Colectiva = Triunfo
    La lucha no debe hacerse de espaldas a esta mayoría de compañeros precarizados. Como ATE debemos abordar esta problemática desde el colectivo: Incluirlos, pensar lógicas propias de construcción, planificar estrategias con el fin de lograr la organización a pesar de las adversidades. No debe abordarse la lucha de los precarizados sólo desde los precarizados, como si la lucha fuera sólo de ellos. Involucrarnos significa escuchar a los compañeros para poder entender su realidad cotidiana y así, como organización gremial, dar la pelea convencidos de que podemos cambiar la realidad del conjunto de los trabajadores y lograr tener en el Estado “Un Trabajo Digno sin Precariedad Laboral”.


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