“Fue un año de grandes contradicciones, entre el trago amargo del descrédito al que nos llevaron y la enorme recuperación que conseguimos los compañeros de ATE”.
No quisiera caer en el
lugar común de aquellos que siempre ‘hacen un balance’ para esta época del año,
porque soy de los que están convencidos que las actividades de los hombres y
mujeres y más aún de un sindicato como el nuestro, no se abre en enero y se
cierra en diciembre, ni vuelve a comenzar cada principio de año; es una
continuidad y si como dirigentes hacemos las cosas mal en el 2014, en el 2015
tendremos consecuencias malas y viceversa. Soy de los que creen en el trabajo,
el esfuerzo y en la causalidades y no es las casualidades y por lo tanto, esto
de hacer ‘balances’ es como dedicarse a cerrar etapas que en realidad no se
cierran, porque si – por ejemplo – miramos en perspectiva a ATE, vemos que
todos nuestros compañeros afiliados, los compañeros delegados, los
Normalizadores y los dirigentes nacionales, están abocados a darle continuidad a
la tarea sindical durante todo el año, porque en el medio está el derecho de
los trabajadores, su bienestar y el día a día, que no conoce de paréntesis, y
es que cuando a cualquiera de nosotros no nos alcanza la plata porque los
sueldos son bajos, o porque nos descuentan días por huelga o nos cambian de
sector, o porque simplemente se equivocan descontándonos algún día por
enfermedad ‘por algún error de tipeo’ en nuestros recibos de sueldos, etc. ATE
debe estar allí para pelear por ellos. Más allá de esta aclaración que tal vez
es hilar demasiado fino, pero necesaria para restituir nuestra esencia en ATE
que vive y convive con el trabajador, independientemente de la época del año
que se trate, como ha sido metodológicamente debido a nuestra esencia que es la
justicia social, yo creo que el año 2014 fue un año de grandes contradicciones
para nosotros, porque lo transitamos entre el trago amargo del descrédito, al
que nos llevaron desde adentro mismo de nuestras estructuras, desde algunos
medios y el gobierno, y la enorme recuperación que conseguimos con el esfuerzo
de todos los compañeros de nuestro vapuleado sindicato que transitó un 2013
para el olvido.
Me refiero puntualmente a
las penurias que pasaron nuestros compañeros injustamente encarcelados, vulnerando
todos los derechos constitucionales por parte de una jueza que actuó
políticamente y no dignamente como uno espera que la Justicia actúe; más aún
cuando se trata de acciones que, como la destrucción del edificio de
Planeamiento, tiene detrás de la propia acción de haberle puesto fuego a las
instalaciones, los autores ideológicos y políticos que ni siquiera fueron
rozados por la ley y que evidentemente duermen tranquilos. Esto a uno lo pone
mal, pero lo peor de todo es que ATE, como institución y como organización
sindical reconocida, sufrió el mayor impacto negativo de esta verdadera locura
que cometieron personajes enajenados, corruptos y que trabajan por la sobra.
ATE es un sindicato el cual se ha caracterizado por pelear fielmente por los
derechos de los trabajadores, pero también con mucha capacidad de diálogo y
cuando el gobierno lo ha cerrado o se ha negado a un derecho, hemos llevado
adelante acciones directas importantes, claro que sí, pero jamás destructivas
ni actos delictivos y mucho menos atentando contra nuestro propio patrimonio,
como son los bienes del Estado.
Esto que pasó nos marcó
muy fuerte, porque hubo dos cuestiones que nos preocuparon y nos ocuparon
fundamentalmente en todo el tiempo que transcurrió entre octubre del 2013 y
noviembre del 2014: La penosa e injusta encarcelación de nuestros compañeros
durante todo un año, alejados de sus familias pasando necesidades y el
consiguiente castigo social y personal al que la jueza los condenó de antemano
y luego, el retraso institucional que tuvimos, que más bien diría fue un
retroceso, teniendo en cuenta todo lo que ATE había logrado construir, antes de
que asumiera la anterior conducción del Consejo Directivo Provincial. Es decir,
aquí tenemos que reconocer el imprescindible aporte de la conducción nacional,
que se puso al frente de estos avatares y la tarea excepcional que hicieron los
compañeros delegados Normalizadores frente al CDP, junto a todos nuestros
afiliados, para sostener y transparentar toda la estructura y volverla a
encauzar por la senda de la que nunca debió haberse apartado.
En este punto quiero decir
que estoy inmensamente feliz y satisfecho de haber podido contribuir con lo que
yo llamo la refundación de ATE Santa Cruz; haber convalidado que nuestro
sindicato sigue más vivo que nunca y esto lo demuestra la cantidad de
afiliaciones que se han realizado y la cantidad de Delegados electos por el
voto de los trabajadores durante todo este proceso, porque tal vez, sea parte
obligada de estos procesos de crecimiento, pasar por crisis como ésta y lo
importante no es cómo se llega a ellas, sino cómo hemos salido y nos
fortalecimos. Y eso lograron los compañeros con su unidad y su trabajo. Hemos
vueltos a posicionarnos como una fuerza de negociación, recuperamos poco a poco
el tiempo perdido, elegimos delegados de la CyMAT (Comisión de Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo) en los sectores laborales y es destacable el rol
protagónico de ATE en la CIOT (Comisión de Igualdad de Oportunidades y Trato) y
nos estamos haciendo presentes en los lugares donde los trabajadores habían
dejado de ser escuchados y lo mejor de todo, es que en muchos lugares de la
administración pública, como el sector de Guardapesca (por ejemplo) y otras
área como Educación, han encontrado en ATE el amparo sindical que mejor lo
puede representar y que, precisamente por eso, nuestra organización este año
pudo lograr el ingreso a planta permanente de tantos trabajadores que estaban
postergados y casi descreídos del sistema, pensando que su destino incierto
sería permanecer dentro de la precariedad de los contratos basuras a los que
estaban sometidos”. También logramos recuperar derechos de los trabajadores
porteros de escuela y de varias aéreas del Ministerio de Educación que viene
creciendo muy fuerte en ATE, o el avance en el CCT de los Trabajadores de
salud.
Este año también, ATE puso
énfasis y dedicación en la mujer. Precisamente en una época donde el rol de la
mujer en el Estado, es particular preocupación en el mundo laboral de los
países más desarrollados, ATE realizó jornadas, talleres e intervino
directamente en este sentido, por medio del trabajo dedicado y eficiente de un
grupo de compañeras dirigentes que tomaron la posta y llevaron a cabo un
trabajo ejemplar e inédito en Santa Cruz, por el derecho laboral de las mujeres
trabajadoras que tendrá gran impulso en el 2015; en defensa de todas las
compañeras por los abusos de que son objeto, la forma en que son maltratadas,
discriminadas y hasta convertidas en actores de segunda categoría, cuando en
realidad – y así lo entendemos en ATE – son parte del motor esencial que mueve
el Estado, pero que lamentablemente, las malas políticas, convierten en un
patrón más oligarca que solidario que no ha podido desprender de los prejuicios
machistas y esclavistas del siglo XIX.
Pero como decía al
principio, el año no termina en diciembre y la continuidad de nuestro trabajo
implica que más allá de las vacaciones que merecidamente gozaremos los
trabajadores, el 2015 representa un desafió en muchos sentidos para ATE y para
muchos compañeros que soñamos con esta refundación que estamos logrando. A
mediados del próximo año habrá elecciones para elegir democráticamente una
nueva Comisión Directiva y por ende un Secretario General que tenga todas las
prerrogativas del cargo y la responsabilidad de representar a todo el universo
de afiliados. En lo personal aquí estaré acompañando y sirviendo al objetivo
que me he propuesto, de ser parte indivisible de esta nueva historia que
comenzó este año que termina. Mi compromiso ha sido y será siempre, el de estar
cuando ATE me necesite en Santa Cruz, independientemente de dónde me encuentre.
Un grupo de compañeros y amigos trajimos desde zona norte hace más de 10 años,
este sueño de hacer un sindicato grande y lo hemos logrado. Nadie va a poder
eclipsar el sentido participativo y solidario en el que se funda nuestra
organización. ATE nació en las vísceras mismas del sindicalismo combativo que
luchaba por un Estado al servicio del Pueblo y no de los grupos económicos. Se
esculpió en soledad y marcó a fuego a lo largo y ancho del país su nombre y su
poder indeclinable para defender a quien padece las injusticias de un sistema
capitalista y neo liberal que mayoritariamente estuvo instalado en la
Argentina, a veces un poco más disimulado, pero presente aún tras el paso de lo
sucesivos gobiernos.
Santa Cruz nos tendrá en
el 2015 como mascarón de proa de los derechos del trabajador del Estado. No
sabemos cuál será el destino de la provincia en materia política, si este
gobierno cambiará o no, si de persistir modificarán su conducta o en caso que
el color político cambie, se preocuparán por la realidad de los trabajadores;
pero una cosa sí estoy dispuesto a decir: nadie que no tenga en su plataforma,
un programa inclusivo y con eje en el derecho laboral o que desconozca la
realidad salarial de los compañeros o se niegue a eliminar el CCT logrado con
mucho esfuerzo y utilice como variable de ajuste el sueldo de los trabajadores,
no tendrá paz con ATE. Pero como nacimos y crecimos convencidos que la democracia,
aunque imperfecta, es el mejor sistema que tenemos para convivir social,
sindical y políticamente, vamos a darle a éste y al que venga, la posibilidad
de rectificar rumbos y seguiremos hablando y pactando en paritarias y
discutiendo las veces que sea necesario, demostrando que nuestro fin no es la
confrontación por la confrontación, como algunos alienados que decían
representar a ATE, trataron de establecer en algún momento, sino que cuando la
confrontación se da (siempre en un marco de racionalidad) es porque fracasaron
las instancias intermedias y allí se generan las consecuencias que seguramente
los buenos funcionarios y nosotros, queremos evitar.
Quiero aprovechar la
oportunidad para agradecerles a todos los compañeros de ATE, dirigentes,
afiliados y futuros compañeros que seguramente se nos sumarán a los largo del
año que viene, por la confianza que depositaron en este grupo humano que se
hizo cargo de los destinos de nuestro sindicato, en un momento tan duro como el
que nos tocó vivir. A quienes hayan apostado a nuestro trabajo: gracias, a
quienes vayan a apostar a nuestra organización, decirles que no se sentirán
defraudados en su fe. ATE es el resultado de un esfuerzo mancomunado de muchos
compañeros que han visto afectadas su vida personal, laboral y familiar para
contribuir con este sueño. No lo desperdiciemos; sepamos reconocer esos
sacrificios, a veces anónimos o sin tanta exposición mediática como los que
tenemos responsabilidad política, con el aporte voluntario del trabajo diario y
la ayuda a esta causa justa y noble que es defender a cada uno en su lugar de
trabajo, lo cual es también, defendernos a nosotros mismos de las peores
injusticias a las que nos pueda someter el actual sistema.
¡Feliz 2015, compañeros y
compañeras!