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    30 de septiembre de 2016

    Exigen la reincorporación de un científico despedido por advertir sobre inseguridad en los vuelos a la Antártida

    El Licenciado Santiago Andrich envió una carta al Ministro de Defensa informando sobre el mal funcionamiento de los aviones de la Fuerza Aérea

    El biólogo, investigador del Instituto Antártico Argentino-IAA (dependiente de Cancillería), recibió el telegrama el 31 de marzo, luego de informarle al Ministro Julio Martínez (UCR-Cambiemos) que los “Hércules” en los que se realizan los vuelos al Continente Blanco no están aptos para viajar por fallas en la seguridad, producto de la falta de mantenimiento adecuado.

    Andrich se dedica desde 2013 a la investigación en el área Fisiología de Especies Costeras, principalmente de pingüinos. Su estudio ecológico y eco-toxicológico sobre la sangre de los animales permite “…evaluar el funcionamiento de las colonias y como se puede ver afectado por cambios en el ambiente, relacionados a la presencia humana, (por motivos científicos, de logística o turismo) o por cambios naturales como el “cambio climático” o variaciones ambientales regionales…”
    Como todos los años debía iniciar la Campaña de Verano 2015/16 el 11 de diciembre pasado, pero por motivos inicialmente no informados, que después se supo eran desperfectos en la aeronave, el vuelo se fue demorando y finalmente se concretó el 6 de enero.

    Santiago decidió escribir una carta al recién asumido Ministro Martínez (que anteriormente integraba la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados), informándole  lo sucedido, advirtiéndole que no se trató de un episodio aislado sino de un inconveniente habitual, y pidiéndole que dispusiera los mejores recursos y esfuerzos para la correcta realización de la Campaña Antártica.   

    En la misiva Andrich ya se anticipaba a lo que finalmente sucedió “…el texto cerraba diciendo que esperaba que por escribir la carta no tuviera represalias. Después los rumores eran que me iban a echar porque el reclamo había generado un disgusto muy grande en las autoridades. Finalmente el telegrama me llego el 31 de marzo…”   

    Desde entonces, y junto a los delegados de ATE-Instituto Antártico y ATE-Cancillería, ha realizado todos los reclamos y gestiones necesarias para lograr la reincorporación.

    Todas las pistas del caso apuntan a un despido “aleccionador” ya que fue el único cesanteado de IAA, que no sufrió recortes de personal, ajustes presupuestarios, interrupción general de contratos, ni despidos masivos, como en otras áreas del Estado.

    Desde entonces Andrich continuó concurriendo normalmente a su lugar de trabajo y cumpliendo con su tarea de investigador, recibiendo el apoyo de sus compañeros (que firmaron una solicitada pidiendo por su continuidad laboral) y de sus superiores directos del Instituto y de Cancillería. Nunca había tenido otros conflictos, cuenta con sus Informes de Campaña aprobados, recomendaciones profesionales y una carta que escribió su jefe solicitando la re-incorporación.

    También las autoridades de la Subsecretaría de Malvinas y de la Dirección Nacional del Antártico han pedido por Andrich.

    En el Telegrama Despido no se informa el motivo, “…y cuando pedimos una información no la recibimos. A mí me despiden sin tener informes negativos y sin apercibimientos previos. Estoy viviendo de mis propios ahorros, y en poco tiempo tendré que volver a la ciudad familiar (Olavarría) para comenzar a trabajar allí…”

    Importancia de la Investigación Científica en la Antártida

    Explica el licenciado Santiago Andrich: “…La actividad científica del Instituto Antártico es lo que sostiene  el reclamo de soberanía de Argentina sobre la Antártida, por la Ley y por ser Argentina signataria del Tratado Antártico. Nuestro país tiene que ajustarse a que la única actividad que puede realizar en el Continente es la actividad científica, y lo que dice la ley es que toda la actividad civil y militar tiene que estar al servicio de la ciencia y la investigación, como sostén de esos reclamos. Por lo tanto con mi despido se está interfiriendo, mínimamente, en la actividad científica y afectándose simbólicamente nuestra permanencia en la Antártida…”

    Prensa ATE


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